Snorkel en Silfra: explorando el mundo submarino de Islandia

Una de las actividades más fascinantes en Islandia es practicar snorkel en la grieta de Silfra en el Parque Nacional de Þingvellir, en la famosa ruta del Círculo Dorado. Si nunca has hecho snorkel (o al menos no en aguas congeladas) y estás valorando hacer un tour, te invito a leer este artículo donde te cuento todo lo que necesitas saber a la hora de hacer snorkel en Silfra y cómo fue mi experiencia personal adentrándome por primera vez en las gélidas aguas de Islandia.

Pero, primero de todo, pongámonos en contexto.

¿Qué es exactamente el snorkel?

El snorkel consiste en hacer buceo a ras de agua, equipado con gafas de buceo, un tubo para respirar (que es el “snorkel” como tal) y un traje de neopreno. El objetivo es poder observar la vida submarina en un entorno natural sin tener formación en buceo ni llevar un equipo demasiado complicado.

El snorkel se puede practicar con dos tipos de traje. Por un lado, está el traje húmedo o wetsuit, que mantiene una capa de agua caliente entre la prenda y tu piel para obtener un buen aislamiento. Por otro lado, el traje seco o drysuit, que impide que entre el agua y mantiene tu cuerpo caliente gracias al aire que está entre él y tu piel. Tu ropa se mantiene seca en todo momento. Este es el tipo de traje adecuado para practicar snorkel en aguas frías.

Silfra y el Parque Nacional de Þingvellir

Silfra es uno de los lugares para hacer snorkel más famosos del mundo y se encuentra en el Parque Nacional de Þingvellir, uno de los sitios del Círculo Dorado que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Es el único lugar en el mundo donde puedes nadar entre dos continentes, en concreto entre las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia.

El agua proviene del deshielo del glaciar Langjökull y se filtra por rocas de lava durante años hasta llegar a la grieta, totalmente purificada y permitiendo una visibilidad debajo del agua de más de 80 metros. El agua de la grieta de Silfra ronda los 2ºC pero el traje seco te aísla del frío, permitiéndote disfrutar del impresionante paisaje submarino desde la superficie y sin morir congelado.

Aspectos a tener en cuenta

• Antes de apuntarte a un tour de snorkel, tienes que leer, firmar y seguir las instrucciones de una declaración médica que te proporcionará la compañía para asegurar que no correrás riesgos. De la misma manera, debes comprobar que también cumples con los requisitos enumerados en la página del tour.

• Tienes que traer ropa térmica como primera capa. Piensa que estarás dentro del agua y que llevarás encima un traje cálido y el neopreno. Es recomendable traer mallas, camisetas de manga larga y una sudadera térmica. Los pantalones vaqueros no son nada aconsejables ya que, además de ser incómodos, pueden dejarte calado si se mojan. La sudadera no debe tener capucha ya que puede impedir el correcto cierre del traje.

• Si utilizas gafas, ponte lentillas para hacer la actividad. Las gafas de buceo no te las puedes poner con gafas de visión. Además, las lentillas te permitirán ver el maravilloso paisaje submarino con nitidez.

Tour de snorkel con Tröll Expeditions

Nosotros hicimos el tour con la compañía Tröll Expeditions desde Reikiavik, donde un autobús nos recogió para llevarnos al punto de encuentro en el aparcamiento de Silfra.

Nos reunimos con nuestros guías (que, por cierto, eran muy majos) después de unos 45 minutos de trayecto, y comenzamos a prepararnos para nuestra inmersión en el agua. ¡El proceso fue toda una odisea! Sólo os diré que llegamos a Silfra congelados y después de ponernos todo el equipo necesario empezamos a tener hasta calor (no sé si por la ropa técnica o  por el esfuerzo).

Preparándonos para la inmersión

Primero, nuestros guías nos proporcionaron un traje cálido para ponérnoslo encima de la ropa térmica que traíamos ya de casa. Después, nos pusimos el neopreno hasta la mitad de la cintura, echamos polvos de talco en los orificios de las manos y el cuello, y nos enfundarnos el traje hasta arriba. Luego, los guías ajustaron los cuellos del traje para verificar que no entrara agua y los aseguraron con una especie de cinta.

A continuación, cerraron las cremalleras situadas a lo largo de los hombros en nuestros trajes y nos ayudaron a ponernos las capuchas y los guantes/manoplas de neopreno. A partir de este momento, nos convertimos en una especie de “astronautas marinos” (o aliens, según como se mire). Durante la preparación, nuestros guías nos explicaron las instrucciones de seguridad.

El siguiente paso fue probarnos las gafas de buceo (talla grande o pequeña), coger el tubo para respirar (el snorkel) y ponernos las aletas. Ahora sí, ¡ya estábamos preparados para el chapuzón! Nos dividieron en grupos de 6 personas, cada uno con un guía, y nos dirigimos al agua.

Preparados para la inmersión en la grieta

Primeras sensaciones

La primera sensación al bajar por las escaleras y adentrarnos en el agua fue bastante peculiar. Notamos cómo todo nuestros cuerpos flotaban y era imposible sumergirnos o intentar bucear. De hecho, era hasta difícil mantenernos derechos. Los primeros minutos hasta que nos acostumbramos a la “nueva superficie” fueron todo un espectáculo.

Me llamó la atención que, efectivamente, no entrara ni gota de agua dentro del traje ni de las gafas de buceo. Como ya nos habían informado nuestros guías, los guantes sí se llenaban de agua, pero el material hacía que el agua se calentara con la temperatura de nuestro cuerpo, manteniendo nuestras manos calientes. Eso sí, la boca sí que se entumecía, ya que estaba en contacto directo con el agua. ¡Parecíamos patitos!

Como íbamos en la misma dirección que la corriente, prácticamente no tuvimos que hacer ningún esfuerzo más que dejarnos llevar. Tan solo teníamos que quedarnos boca abajo y disfrutar de las impresionantes vistas submarinas de la grieta de Silfra.

El recorrido

La primera parte transcurrió por la propia grieta de Silfra, buceando entre cavernas y formaciones rocosas formadas por los terremotos y los movimientos de la separación de las placas tectónicas. El color del agua era de una gama brillante de azules y celestes y la visibilidad era increíble, ya que si mirabas tanto hacia delante como hacia abajo podías ver todo con absoluta claridad, sin importar la lejanía o la profundidad. Una foto vale más que mil palabras:

La gama de colores bajo el agua era espectacular

Comenzando la expedición de la grieta de Silfra

Para mi sorpresa, a pesar de que el agua era súper cristalina, no vimos apenas fauna marina a excepción de algas y plantas. En un par de ocasiones vimos un par de peces, pero nada más.

Una pequeña parte del mundo submarino de Islandia

A continuación atravesamos el pasillo de Silfra, el área más amplia de la fisura, hasta llegar a la Catedral de Silfra, la sección más profunda y espectacular del recorrido. Básicamente, es una fisura de 100 metros de largo que se puede observar de principio a fin. Después de una media hora, llegamos a un hermoso oasis en el extremo de la grieta, conocido como la “Laguna Azul Real”.

Buceando por la Laguna Azul Real

La Laguna Azul Real, en su máximo esplendor

Si todavía tenías ganas de más, desde esta laguna podías acceder a una grieta paralela a la de Silfra y continuar explorando los alrededores. Si estabas cansado, en la Laguna Azul Real había una escalera desde donde podías salir y regresar caminando a donde estaban las furgonetas.

En el agua estuvimos más o menos entre 30 y 45 minutos. Cuando terminamos el tour, los guías nos ayudaron a quitarnos los trajes y nos dieron exactamente lo que necesitábamos: ¡chocolate caliente para devolver el calor al cuerpo!

Una de las grandes ventajas de este tour es que, en todo momento, los guías iban haciendo fotos con la GoPro para que no tuvieras que preocuparte de llevar el móvil. Las fotos son realmente espectaculares y se puede ver con total claridad cómo era el paisaje submarino. Además, es un recuerdo para toda la vida.

Desmontando mitos

Reconozco que antes de hacer el tour mi idea de lo que era el snorkel era muy diferente a la realidad. De hecho, al terminar la actividad pude desmentir algunos mitos, como por ejemplo:

• No pasas nada de frío. Una de mis mayores preocupaciones era morir congelada en las aguas de Islandia, pero el material que llevas puesto está diseñado para mantener el calor en tu cuerpo y que no acabes como un cubito de hielo.

• No entra agua en el traje seco. Temía que el agua se filtrara por el traje y las gafas de buceo, ya que llevaba puestas las lentillas. Sin embargo, al terminar el tour y quitarme el traje seco pude comprobar que estaba totalmente seca de pies a cabeza.

• Cuando te pones todas las capas y los accesorios, puede resultar un poco agobiante. Es normal, no estamos acostumbrados a llevar prendas tan ajustadas ni máscaras que te tapen la nariz. No obstante, al rato te acostumbras.

• Cuando te sumerges en el agua, al principio es complicado mantenerse derecho ya que el traje flota y literalmente todo tu cuerpo va hacia la superficie. Sin embargo, es cuestión de cogerle el truco y hacer alguna que otra “acrobacia” para cambiar de posición.

• El paisaje es igual que el que se ve en las fotos. Los colores azules y celestes, el escenario, el ambiente, la fauna y flora marina… Es un paisaje totalmente inusual y mágico, y merece muchísimo la pena verlo en persona.

Definitivamente, Islandia es un país que ofrece infinidad de lugares increíbles que visitar pero también actividades poco convencionales. Si tienes la oportunidad te recomiendo apuntarte a un tour de este tipo, ya que puede enriquecer mucho tu viaje y te permite vivir experiencias de forma diferente.

En este enlace puedes encontrar toda la información sobre este tour de snorkel en Silfra.