Ruta en Coche A tu Aire 10 Días en Verano por Islandia con Fiordos del Oeste, Snaefellsnes y Flatey

Disfruta de las inigualables vistas de la costa en el pueblo de Hellnar antes de seguir tu viaje por la península de Snaefellsnes y su parque nacional homónimo. El día de hoy estará lleno de extraordinarios lugares, que bien parecieran sacados de una novela de fantasía, mientras el gran glaciar Snaefellsjokull, impregnado de grandes leyendas y folk, te vigila de cerca.

Conduce hasta los tapones de basalto de Londrangar, un par de picos gemelos que se elevan sobre el océano Atlántico como un castillo oscuro. El primer pilar mide 75 metros de altura y el segundo 61 metros.

Ambos son los restos de un cráter que el mar ha erosionado a lo largo de los siglos. A quienes les encante el senderismo, van a deleitarse en esta zona, ya que multitud de senderos poseen magníficas vistas de estos majestuosos picos.

Este día, puedes optar por viajar al mundo subterráneo de Islandia en una expedición a una cueva de lava. A 2.1 km de Londrangar se encuentra el tubo de lava de Vatnshellir, donde puedes recorrer el camino que el magma fluido creó hace miles de años.

Desde allí, te trasladarás a la hermosa playa negra de grava de Djupalonssandur. Para llegar a la orilla, tendrás que seguir un camino a través de un precioso laberinto natural hecho de rocas de lava irregulares. Caminar por este lugar te dará la sensación de adentrarte en un cuento de hadas.

La playa en sí es deslumbrante, pero con una sensación espeluznante y una historia algo oscura. Dispersos en la orilla se encuentran los restos de un arrastrero que naufragó allí en 1948, cobrándose la vida de cinco hombres. Por otro lado, la playa cuenta con cuatro piedras elevadoras utilizadas por los marineros durante siglos para comprobar su valía en el mar.

Continuarás tu viaje a través del Parque Nacional Snaefellsnes,  hacia el lado norte de la península, que da a la gran bahía de Breidafjordur. Breidafjordur alberga un sinfín de islas e islotes que rebosan una rica fauna marina y de aves. Si deseas ver algunos de estos amables gigantes de la bahía, puedes parar en el pueblo de Olafsvik para realizar un tour de avistamiento de ballenas.

Dirígete hacia la ciudad de Grundarfjordur, rodeada de espectaculares montañas, una de las cuales es la Kirkjufell en forma de punta de flecha. Kirkjufell es uno de los lugares más populares de la península en los últimos años debido a que apareció en una famosa serie de televisión, lo que le valió el apodo de 'La montaña de Juego de Tronos'. 

Una vez que disfrutes de esta icónica montaña, conduce 38 km y pon rumbo a la ciudad costera con encanto de Stykkisholmur. Este lugar es famoso por sus coloridas casas y excelente marisco.

En tu cuarto día, vas a embarcarte en alta mar para navegar por la hermosa bahía de Breidafjordur. Está rodeada de montañas y salpicada de innumerables islas que solo están habitadas durante el verano. Tu destino es una de esas islas, la apartada Flatey.

Puedes elegir ir directamente a Flatey por la mañana, o bien puedes ir por la tarde y pasar el día explorando la flora y la fauna de las islas en la bahía de Breidafjordur con el tour Viking Sushi Adventure, el cual culmina con un festín vieiras frescas y huevas.

Cuando dejes Stykkisholmur hacia la isla de Flatey, te montarás en el ferry Baldur y entregarás las llaves de tu coche al personal. Luego, llevarán tu coche a Brjanslaekur al otro lado de la bahía, ya que no hay necesidad de llevarlo y, además, no hay espacio para ello en esta pequeña y remota isla.

Después de navegar un rato, viendo cómo el gran glaciar Snaefellsjokull se desvanece en la distancia, atracarás en Flatey. Un camino de grava desde el muelle te lleva al pueblo de la isla, un lugar donde parece no haber pasado el tiempo. Verás  casas coloridas que bordean la calle, la mayoría construidas hace más de un siglo.

El nombre Flatey significa "isla plana" en inglés, por su aspecto llano. Apenas se notan colinas cuando te muevas por esta isla de dos kilómetros de largo y uno de ancho. Serás recibido por los únicos residentes de la isla durante todo el año: ovejas, gallinas y un solo perro, mientras haces una corta ruta hasta tu alojamiento para pasar la noche, el único hotel de la isla situado en la cala Gryluvogur.

Curiosamente, la escasa población de Flatey es una de las principales razones de su tranquilo entorno, con solo seis personas residiendo en esta aldea. Cuando la marea está baja, los niños juegan en la playa de Gryluvogur en busca de conchas y cangrejos.

Por la noche, puedes pasarte por el restaurante de Flatey, ubicado en un almacén reconvertido en la antigua plaza del mercado.

Tras la cena, puedes dirigirte al bar cercano en una bodega de sal abandonada del almacén. Aprovecha la claridad del sol de medianoche para recorrer la isla y disfrutar de este ambiente único y del encanto de este fascinante lugar.

Pasarás la noche en Flatey.

Hoy empieza tu quinto día de viaje. Aprovecha la mañana y sal a descubrir esta bella isla. La isla de Flatey posee una rica avifauna, así que es probable que observes algunos gaviotines árticos. Aunque si miras hacia los acantilados en el lado norte de la isla, es posible que veas algún frailecillo atlántico.

Puedes pasar la mañana haciendo senderismo por su pura naturaleza, observando murales únicos dentro de la iglesia de Flatey y visitando la biblioteca más pequeña de Islandia antes de subir al ferry de nuevo, esta vez con dirección a los poco transitados Fiordos del Oeste.

Dentro de la iglesia, verás hermosas pinturas en la pared. Baltasar Samper, el padre del respetado director islandés Baltasar Kormakur, es el autor de dichas obras de arte.

Asimismo, puedes visitar la escuela del pueblo, que data de 1929. Además, hay un faro construido en 1963. Se alza 22 metros sobre el nivel del mar, el punto más alto de Flatey.

Después de atracar en el puerto de Brjanslaekur, recoge tu coche y dirígete a una pequeña joya escondida, la piscina y aguas termales de Birkimelur. Se trata de un precioso lugar, situado en la desembocadura del río Mora y rodeado de nada más que montañas a lo lejos.

Desde allí, ve a ver la espléndida playa de arenas rosadas de Raudasandur, que se extiende desde las escarpadas montañas del este hasta Latrabjarg, la parte más occidental de Europa. La playa es un tramo de costa con arenas que presentan tonalidades de colores diferentes, tales como rosados, dorados y anaranjados, en lugar de las clásicas arenas negras, más comunes en el país.

Latrabjarg es también el acantilado de aves más grande de Europa, hogar de millones de frailecillos, alcatraces, araos y alcas comunes. Dada la ubicación remota de Latrabjarg, las aves son particularmente intrépidas y no conocen enemigos, salvo los zorros árticos. Esta particularidad te brindará la oportunidad de acercarte a ver frailecillos y otras aves, siempre con precaución y respetando su hábitat.

Al final de un día repleto de sitios de interés, podrás retirarte a descansar a un cómodo alojamiento en los Fiordos del Oeste.

Te despertarás el sexto día en los remotos Fiordos del Oeste, donde la tranquilidad y los impresionantes paisajes dominan la región. Debido al aislamiento de estos fiordos, son pocos los visitantes que se adentran en este lugar, lo que te permitirá vivir aventuras fuera de los lugares lejos de las multitudes.

Este día, te adentrarás en esta región, con la impresionante cascada Dynjandi enclavada en el fondo del fiordo Arnarfjordur. El camino a Dynjandi conduce por colinas escarpadas y montañas escarpadas, con vistas inigualables y panorámicas de los fiordos y valles circundantes.

Por el camino, puedes hacer un alto para disfrutar de las piscinas geotérmicas y los baños calientes donde disfrutar de las cálidas aguas mientras respiras el aire puro de la montaña. La primera de estas piscinas, Pollurinn, a las afueras del pueblo de Talknafjordur, ofrece una vista clara de las bonitas montañas del fiordo de Talknafjordur.

En cuanto a la segunda, Reykjafjardarlaug, se encuentra más al este. Escondido en la hierba alta, cerca de la piscina, hay un pequeño cobertizo de césped dentro de una colina cubierta de hierba.

Conforme te vayas aproximando a Dynjandi desde la carretera, el estruendoso ruido de esta potentísima cascada a medida que cae 100 m. te recibirá. Esta cascada se abre en forma de abanico en la parte inferior y crea una forma piramidal única por la que es tan famosa.

Cerca de las cascadas se encuentra el pueblo de Hrafnseyri, donde puedes encontrar la casa natal restaurada de Jon Sigurdsson, el líder del movimiento independentista islandés del siglo XIX. También puedes conducir más al norte y visitar el peculiar 'Nonsense Museum' (Museo Sinsentido). Este museo alberga una colección de objetos extraños como bolígrafos, gorras de policía, maquetas de barcos y terrones de azúcar, por nombrar algunos.

Si buscas un museo más tradicional, Flateyri también cuenta con uno. Se centra en la historia del pueblo, especialmente en la avalancha que afectó a la zona en 1995. El museo también funciona como librería de segunda mano.

Otra opción es visitar la playa de Holtsfjara, una playa de arena blanca perfecta para construir castillos de arena. Los lugareños celebran incluso un concurso anual de castillos de arena para niños y adultos.

Tu alojamiento te esperará esta noche en una localidad de los remotos Fiordos del Oeste.

Hoy, conducirás por las serpenteantes carreteras del poderoso fiordo de Isafjordur. Antes de partir, asegúrate de explorar primero la ciudad de Isafjordur. Tiene algunas de las casas más antiguas del país, que datan del siglo XVIII, y también se dice que tiene el mejor restaurante de mariscos de Islandia.

Isafjordur es considerada la capital no oficial de los Fiordos del Oeste. También es el centro de comercio, educación y servicios de la región. Aparte de las hermosas casas antiguas, varias montañas complementan el mar, dando como resultado un paisaje, sencillamente, impresionante.

Desde sus días como centro pesquero y comercial en el siglo XVI, Isafjordur conservó su identidad de ciudad orientada al mar a pesar de los cambios sufridos a lo largo de los años. Una vez que hayas disfrutado de su belleza natural, pásate por el Restaurante Tjoruhusid para degustar uno de los mejores mariscos que posiblemente jamás hayas probado.

Desde allí, puedes caminar hacia el Museo del Patrimonio de los Fiordos del Oeste, dentro de uno de los edificios más antiguos de la región. El museo alberga exposiciones que narran la importancia cultural e histórica de estos fiordos al oeste de la isla.

A continuación, puedes conducir 1,3 km hasta la Casa de la Cultura, un lugar donde se guardan antiguos artefactos hospitalarios. El edificio fue un hospital que hoy día es la biblioteca pública de la ciudad.

La localidad de Isafjordur también ofrece oportunidades para practicar actividades al aire libre. Puedes hacer kayak o realizar rutas de senderismo si tu visita es en verano. En invierno, en cambio, se puede practicar snowboard o esquí.

Puedes echar un vistazo al pasado islandés con una visita a la isla Vigur, ubicada a un corto trayecto en barco desde la ciudad de Isafjordur. En Vigur, aprenderás sobre las costumbres de los lugareños, que utilizaban tanto la tierra como el mar para sobrevivir en el arduo clima islandés y sin tecnología moderna. La isla posee también una riquísima avifauna e incluso podrías ver algunas focas descansando en la orilla.

Antes de dirigirte hacia el sur, puedes desviarte rápidamente hacia el pueblo de Bolungarvik. Allí, puedes encontrar un Museo Marítimo compuesto por bases de pesca del siglo XIX y cabañas con tejados de césped. El encargado y conservador del museo te recibirá con un traje tradicional de pescador islandés.

A los amantes del senderismo les encantará la montaña Bolafjall, situada justo en lo alto del pueblo. La vista desde la cima es alucinante y, en un día despejado, se puede divisar Groenlandia.

Cuando estés listo para partir, conducirás por los sinuosos fiordos hasta los Fiordos del Oeste más al sur, donde pasarás la noche en un alojamiento.