3 Horas montando a caballo

Hoy he ido a montar a caballo de nuevo y la experiencia me ha encantado. Ya monté en caballo islandés hace varios meses, en invierno, pero quería repetir esta excursión con zonas verdes y no blancas. Y la verdad me ha impresionado la cantidad de vegetación que rodea el país, además del sol y calor que ha hecho durante nuestro trayecto. Ha sido un gran día en todos los sentidos. 


El tour ha empezado a las ocho de la mañana, cuando el minibus nos ha recogido a un amigo y a mí en el hotel más cercano a casa. Después de recoger a varias personas más que se han unido a este bonito tour, llegamos a la granja al lado del pueblo de Hveragerdi sobre las nueve de la mañana. 
La granja ha primera vista impresiona, puesto que se ven todos los caballos que tienen, que son más de 320, todos muy bonitos.
Una vez allí, nos han explicado en qué consistía el tour de forma más específica y después nos han dado los cascos, obligatorios para montar a caballo. Esta vez no nos hemos puesto el traje térmico debido al buen tiempo que hemos tenido, que ha sido espectacular e incluso hemos pasado calor, como ya he comentado anteriormente. Con el casco puesto, nos dirigimos a donde se encontraban todos los caballos. Allí nos preguntaban si habíamos montado anteriormente o no, para seleccionar un caballo u otro según la condición de cada persona. Yo solo he montado una vez y fue caballo islandés, por lo que me han dado uno manso que, al principio, era demasiado manso, tanto que solo andaba y no corría. Pero una vez despierto, se ha puesto a correr y no había quien lo parara, todo un caballo islandés. 
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La excursión ha caballo ha sido por las laderas del monte Reykjafjall y a través de un bonito bosque verde. También hemos pasado por al lado de muchas fuentes termales en la zona geotermal de Gufudalur, área situada encima de Hveragerdi. La ruta continuaba por colinas volcánicas, verdes montañas y extensas llanuras entre el volcán Hengill. En mitad del camino, en una de las llanuras, nos detuvimos para tomar un café - té - chocolate con galletas para reponer fuerzas y seguir adelante. Montar a caballo no cansa, pero sí se acaba bastante cansado después de tres horas y pasando calor, por lo que esta parada nos vino bastante bien. Además, las dos monitoras que nos han acompañado durante este viaje aprovecharon este respiro para hacernos fotografías de recuerdo. Bastante atentas por su parte. 


Por último, dimos la vuelta y volvimos por el mismo camino a la granja, cruzando bosques, aguas termales, montañas y ríos. 
El tour terminó a las doce y cuarto, cuando el minibus nos recogió para devolvernos a la capital y terminar esta bonita excursión. 
Me ha gustado mucho el tour y cada vez me gustan más los pequeños caballos islandeses. Además de que el tiempo nos ha acompañado, haciendo de éste, un bonito y caluroso día.