Nuestra experiencia ha estado rozando la perfección.
Para que hubiera sido perfecta sólo habría faltado poder estar un poquito más de tiempo en las paradas de la ruta, pero entendemos perfectamente que no se puede tener todo, y que en enero los días son muy cortos y si no es de esta forma, nos hubiéramos perdido muchos puntos de interés.
Nuestro guía y conductor Siggi fue en todo momento amable, atento y muy muy animado haciendo que un viaje de tres días pasara como un suspiro entre asombro y asombro. Además ha tenido la habilidad de llevarnos a las paradas de la ruta en momentos en los que no había gran afluencia de visitantes, con lo que los hemos podido disfrutar aún más. Al llegar a los hoteles nos sugería los mejores sitios para comer o hacer compras. Como otro punto positivo, nos llevaba por las noches a cazar auroras, y todas ellas las encontraba, incluso aún habiendo nubes hemos sido capaces de ver ese espectáculo en directo.
También es cierto que hemos tenido una suerte increíble con el tiempo porque los tres días ha estado despejado, y eso nos ha permitido ver absolutamente todo lo que estaba en la agenda, y sospecho que alguna cosa más.
Los hoteles en los que hemos estado cumplen con el estándar del país, pulcros, cómodos y acogedores.
El país es ciertamente exótico para un español, con todo nevado, agua por todas partes y unos paisajes que quitan el hipo. Nosotros ciertamente nos hemos quedado con ganas de más.