Agosto es uno de los meses más apasionantes para visitar Islandia. Los paisajes se pintan de vibrantes tonos verdes, salpicados por la floración de flores silvestres. El sol permanece en el cielo la mayor parte del día, por lo que los viajeros disponen de más horas para explorar los vastos y diversos terrenos del país, desde sus playas de arena negra hasta sus extensos campos de lava.
Este mes, las Tierras Altas, el corazón salvaje de Islandia, son especialmente accesibles e invitan a los aventureros a contemplar su belleza intacta. Al ser uno de los meses de mayor afluencia turística, agosto rebosa actividad. Reikiavik y otras ciudades bullen con festivales, eventos y una energía palpable que muestra la rica cultura del país. Desde la maratón de Reikiavik hasta eventos musicales locales, no faltan experiencias que combinan la naturaleza con las tradiciones locales.
No obstante, a medida que avanza el mes, empiezan a surgir los primeros susurros del otoño y las noches se vuelven más oscuras. Tanto si viajas por la Ring Road como si te apuntas a un tour para avistar ballenas o quieres hacer camping bajo la inmensidad de los cielos nórdicos, agosto en Islandia promete una mezcla de experiencias que fusionan la calidez del verano con los indicios del inminente otoño.